La automatización transforma nuestros trabajos, rutinas y decisiones, surge una nueva pregunta : ¿hasta dónde puede o debe llegar la tecnología sin perder de vista lo humano?
La automatización trae eficiencia, precisión y nuevas oportunidades. Pero también debemos pensar en la parte ética, que muchas veces pasa desapercibida por la urgencia de innovar. ¿Estamos considerando el posible impacto en la privacidad o el tejido social? El bienestar de nuestro entorno tiene que prevalecer sobre el resto de variables, y aquí es donde tiene sentido unir dos conceptos clave: automatización y ética.
1. Modelo ESG, automatización con conciencia
En la entrevista con Corresponsables, José Ignacio Falomir Bustillo, Gerente de AGV Robotics, explica cómo la empresa pone en práctica las evaluaciones considerando cómo afectarán a los empleados, la comunidad y el medio ambiente.
“La evaluación de impacto ético y social es una herramienta fundamental para que la innovación esté alineada con los valores de justicia, equidad y sostenibilidad,” señala Falomir.
Un ejemplo de eficiencia ética y operativa
Según Jose Ignacio Falomir, «En empresas donde se han implementado soluciones de robótica móvil, se han visto mejoras en productividad de más de un 40%, así como reducciones en siniestralidad cercanas al 100%»
La automatización libera a los trabajadores de actividades peligrosas, disminuyendo los riesgos laborales. Lejos de sustituir a las personas; las protege y potencia su eficiencia, permitiéndoles dedicarse a tareas menos repetitivas y de mayor valor.
La tendencia en automatización sostenible
Hoy, las empresas con visión de futuro apuestan por una automatización sostenible, donde los avances en tecnología van de la mano con el respeto del medio ambiente y el bienestar de las personas.
En AGV Robotics estamos convencidos de que en el futuro de la automatización, la sostenibilidad energética será una realidad. Por eso, cada vez más desarrollos en robótica están incorporando fuentes de energía renovable, como sistemas alimentados por energía solar o baterías de larga duración, contribuyendo directamente a reducir la huella de carbono en el día a día.
Pero el mayor valor se consigue con tecnologías como la inteligencia artificial. La unión entre robótica móvil e IA permite analizar datos en tiempo real para tomar decisiones más informadas, alineadas con los objetivos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Esto significa que una fábrica, un centro logístico o incluso una pequeña empresa puede mejorar su rendimiento operativo y, al mismo tiempo, tomar decisiones más conscientes, más éticas, más humanas.
En definitiva, la automatización sostenible ya no es una moda es una tendencia que ha llegado para quedarse, que con la que no solo se trabaja con mayor eficiencia, sino también con propósito.